Hogar de Cristo Mendoza

 



Hogar de Cristo Mendoza

Centro Barrial María Madre del Pueblo: Una estrategia comunitaria para acompañar la vida



El primer paso es no tener miedo de recibir la vida como viene, no tener miedo de abrazar la vida, como es.”

Discurso del Papa Francisco en la Vigilia con los jóvenes de la JMJ Panamá 2019


El consumo de drogas ha planteado desde siempre un desafío para la sociedad: entender de qué se trata esta problemática, qué hay que hacer, cómo y/o quiénes puede intervenir son algunas de las preguntas que resuenan en los que de alguna manera están involucrados. Por otra parte, factores como: falta de información, violencia, aparición de nuevas sustancias, ausencia de políticas integrales, complejizan aún más la situación. A su vez, los medios de comunicación tienen mensajes que minimizan el problema, naturalizando el consumo o refuerzan constantemente el miedo a acercarse a los que “tienen el problema”. Todo esto ha contribuido a que el consumo problemático parece impenetrable. (o en ideario colectivo es un problema que no tiene solución).

Nuestro Centro Barrial nació para intentar dar una respuesta a la situación antes descrita. Luego de caminar algunos años con la Familia Grande Hogar de Cristo y sus numerosos centros barriales distribuídos en toda la Argentina, en el año 2013, este espacio que desde el 2012 comenzó a gestar esta idea de acogida  para quienes atravesaban esa problemática el espacio se llamó “Justo a tiempo”. Y se pensó como grupo de autoayuda para personas en consumo, con algunas actividades no lograba que la gente del barrio se acercara. En 2013, y luego de hacer experiencia en la Villa .31, cuyos sacerdotes ya nos habían visitado, se comienza a darle la estructura de “Hogar de Cristo” bajo el nombre de “María Madre del Pueblo”. Intercambiando experiencias con otros centros barriales, hacia fines de 2015, tomó forma el Hogar como lo conocemos hoy. En 2016 se inauguró oficialmente como “Centro Barrial María Madre del Pueblo”, acompañado por una capilla que lleva el mismo nombre, perteneciente a la parroquia “Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego”. Se ubica en el corazón del Barrio “Campo Papa” al oeste de Godoy Cruz. El centro nació entonces como una respuesta a las necesidades del barrio y su gente, pretende ser un espacio de contención, promoción y esperanza para caminar en medio del flagelo de las drogas y sus múltiples consecuencias.

Con el tiempo nos dimos cuenta que no se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume está solo, vive en la calle o no tiene DNI que le permita tramitar los beneficios sociales.  Sin esas condiciones básicas resulta imposible  que alguien pueda pensar en rearmar su vida. A nuestros Centros Barriales se acercan quienes están solos, huérfanos, desolados, enfermos y también los que tienen su salud comprometida por el consumo de drogas. Como familia acompañamos en situaciones legales, escolares, laborales, de problemática con menores, gestión de incorporarlos a programas de ayuda económica o promoción humana, etc.

Esta realidad nos impulsó a repensar nuestro lugar, entendimos que debemos llegar antes, que nuestros niños también atraviesan dificultades que pueden terminar en el consumo. Por eso el Centro Barrial quiere ser la familia de todos: niños, jóvenes, ancianos, tengan problemas de consumo directo o no. Es por esa razón que en el Hogar intentamos acompañar todos los aspectos de la vida de las personas.

Nuestro objetivo es acompañar en libertad a cada uno, por eso respetamos los tiempos, los procesos y  las opciones de cada persona.  En ese sentido nuestra palabra es una palabra de consejo, de cercanía, también de límites, pero nunca  de control. No perseguimos el éxito inmediato ni cuantificable, priorizamos el acompañamiento con la convicción de que son la paciencia, la cercanía, el afecto y la dedicación los que educan, sostienen y orientan.

Así es como vivimos el Centro Barrial, como un hogar acogedor, donde la presencia cercana y el testimonio de quienes han transitado ya este camino se vuelcan al servicio de los y las que recién empiezan. Esto posibilita la construcción de un entramado de relaciones. Es con las otras personas que se favorece la construcción de un lazo personal y comunitario que permite hermanarse, sentirse parte.  La familia, la comunidad, la parroquia, el barrio resultan fundantes del desarrollo individual.

De esta manera nos acercamos a cada historia sagrada y acompañamos a quien se reconoce persona, imagen y semejanza de Dios con posibilidad de amar y vincularse con los demás.

El centro barrial es un dispositivo comunitario de acompañamiento para la vida, con un equipo de personas comprometidas con los demás. El CB espera a las personas, también las busca, y las encuentra. 

En el Hogar hay lugar para todo aquel que no quiera estar solo. Quien se acerca ya es parte de nuestra familia. Además de ser presencia, nuestra meta es que la persona pueda desarrollarse, pueda encontrarse a sí misma, adquirir herramientas que le permitan llevar a cabo su proyecto de vida, muchas veces interrumpido por diversas problemáticas, entre ellas el consumo de drogas. 

Tratamos de abarcar diferentes áreas de la vida personal para que el acompañamiento sea integral. Contamos con Taller de Carpintería, Taller de Arte, Taller de Mosaico, Taller de Música, Taller de Huerta y cerámica, Deporte,  Talleres de espiritualidad, Taller de Niños, Grupos de ayuda mutua, Ludoteca, Catequesis, Copa de leche, Terapia Psicológica individual y apoyo escolar. Estos espacios funcionan  todas las semanas, algunos como la copa de leche, todos los días. Contamos además con encuentros generales de todo el centro barrial. Un campamento anual, y retiros espirituales. 

En cada taller se encuentran cosas maravillosas, la constante es encontrar un abrazo, una palabra, una mano amiga. Intentamos que en cada taller se forme un grupo humano cálido y solidario, una comunidad. Queremos que todos se sientan parte, que sientan que llegar al hogar sea luz para el caminar en la vida diaria. Sabemos que cada persona es un ser individual e irrepetible, con características únicas; por eso intentamos brindar diferentes propuestas que se adapten a cada persona. 

Sabemos también que el tema drogas golpea fuertemente a nuestra comunidad, destruye familias y vidas. Nuestro compromiso constante es poder acompañar a la persona en este duro camino. Estar ahí cuando más necesita. Gestionar tratamientos si así lo desea y facilitarles (trámites y gastos) cuando solicitan internación en algún centro de Rehabilitación porque sienten que no pueden si siguen en su entorno, y luego acompañarlos en el mismo, y recibirlos en su regreso hayan completado o no el tratamiento iniciado. De igual manera si desean incorporarse a otros espacios de recuperación ambulatorio (Como AA o NA, por ejemplo) nuestro acompañamiento es permanente, respetando las necesidades de cada persona que sufre este flagelo. Nuestro mayor objetivo tratar de llegar antes que se inicie el consumo. Es por este motivo que buscamos desde edades tempranas promocionar la salud integral de las personas.

Sostenemos este espacio gracias  a la buena voluntad de las personas, el compromiso y el convencimiento de que son los vínculos y el amor los que hacen posible un cambio. En palabras de Santa Teresa de Calcuta “La paz comienza con una sonrisa”.



Hogar de Cristo en Mendoza

Capilla y Centro Barrial María Madre del Pueblo - Campo Papa - Godoy Cruz













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